sábado, 11 de febrero de 2012

QUERIDOS REYES MAGOS DE ORIENTE

Hace mucho que no les escribo. Pensarán que he perdido la ilusión. Así es. Cuando llega la Navidad,
cuando se acerca este hermoso y mágico día de Reyes, no puedo evitar llevar dentro de mí a esas
personas que sufren, que tienen hambre, que están solas. Es un sentimiento que me supera, que ni
siquiera soy capaz de controlar como debería.
Anoche, en la cama jugando a escribir esta carta, descubrí que en la lista de posibles regalos no
había más que cosas materiales. Me sobresalté. Mi carta no tenía sentido. Pensé: ¡qué magia es esta!
Pero casi al instante comprendí que el cariño, la compasión, ofrecer una sonrisa, el respeto, tender tu
mano, la comprensión, la tolerancia, compartir, y tantas y tantas cosas, no son cuestión de magia sino
de actitud, de la actitud de cada uno de nosotros ante los demás, ante la vida. Que lo verdaderamente
mágico es que disponemos de todos esos sentimientos, valores, dones, aquí, ahora, todos los días.
¡Qué alivio sentí!
Queridos Reyes Magos de Oriente:
No se me ocurre nada que pedirles, todo lo que deseo ya lo tengo.
FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO AÑO 2012

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